¿Conoces qué es un gasto, los tipos de gastos que existen y cómo ganarles la batalla? En muchas ocasiones, pueden llegar a afectar tu vida financiera y si no sabes cómo manejarlos pueden darte muchos dolores de cabeza.
¿Qué es un gasto?
Según la definición en los diccionarios de economía, un gasto es un egreso o salida de dinero que una persona paga por adquirir un producto, un bien o un servicio. En algunos casos, esta compra puede convertirse en una inversión tangible o intangible. Asimismo, muchos contables definen el gasto como el consumo que se efectúa de algún recurso y que, por tanto, produce un decremento en el patrimonio neto.
Ahora bien, en palabras comunes, podemos decir que un gasto es el dinero que se usa para alguna situación específica, desde la compra de productos básicos como ropa o alimentos hasta la adquisición de inmuebles y viajes o la realización de inversiones. Tal vez, la definición varía ligeramente de una situación a otra. No obstante, todos los especialistas coinciden en que tus gastos deben ir de la mano con tu salario e ingresos extras. Y, ¿qué se recomienda? Elaborar un presupuesto mensual que incluya todos los tipos de gastos.
¿Es lo mismo un pago que un gasto?
No, aunque la diferencia es sutil. Un pago es una parte de una cantidad total de dinero que se utiliza para cumplir con una obligación. Representa una salida de dinero por la demanda de un servicio o la compra de un bien. A su vez, cuando nos referimos a un pago se habla en términos financieros.
El gasto, por su parte, es voluntario, ya que lo puedes hacer o no. Constituye una disminución del patrimonio debido a la compra de un bien o servicio. Cuando se habla de gastos, nos referimos a él en términos económicos. Es probable que en una familia estas diferencias no sean significativas, pero en los negocios son primordiales para mantener una correcta contabilidad empresarial.
¿Cuáles son los 4 tipos de gastos?
¿Crees que todos los gastos son iguales? La realidad es que no. Existen diferencias entre ellos e identificarlas puede ayudarte mucho a administrar tu dinero de forma adecuada, aminorando unos y suprimiendo otros.
Gastos fijos
Estos gastos son los que debes hacer cada mes o a largo plazo, con aproximadamente el mismo importe. Esto significa que los gastos fijos son necesarios para la operación del negocio y no cambian, con independencia de que los volúmenes de producción se incrementen o desciendan. Por ejemplo, en un restaurante puede concurrir un número diferente de personas durante cada mes, pero el pago de la renta será el mismo. En una familia funciona igual, puede que te vayas de vacaciones dos semanas, pero tu alquiler será el mismo.
Gastos variables
Los gastos variables son aquellos que cambian según el volumen o las circunstancias de las distintas operaciones. Es decir, dependen de la cantidad de productos o servicios de la empresa y pueden variar según la actividad cotidiana. Por ejemplo, si una fábrica embotelladora de refresco desea elevar su producción, deberá hacer acopio de más materia prima, por lo que sus gastos aumentarán. En ocasiones, estos gastos, al no ser fijos, son difíciles de prevenir.
Estos gastos se clasifican en tres grupos y son los que la mayoría de las personas deciden recortar en una situación de crisis. Son los que siguen:
- Gastos variables necesarios. Son los que requieres para desarrollar tu vida diaria y se mueven en función del consumo realizado. Pueden ajustarse modificando hábitos o utilizando los recursos con mayor eficiencia.
- Gastos variables prescindibles. Difieren en función del consumo y aportan mayor bienestar a la vida. No obstante, si fuera preciso, puedes prescindir de ellos y seguir llevando una vida satisfactoria. Pertenecen a este grupo las aficiones, las actividades de ocio y el cuidado personal, por lo que su determinación es algo muy personal.
- Gastos variables ocasionales. Son puntuales y conviene planificarlos para destinar una parte del ahorro. Por ejemplo, las vacaciones, una remodelación o el reemplazo de los electrodomésticos.
Gastos indirectos
En el caso de los gastos indirectos, aludimos a los gastos que no se relacionan directamente con la fabricación de un producto, aunque son necesarios en la empresa. También se les conoce como gastos financieros, pues están vinculados a la actividad económica de la organización.
Gastos directos
Y los gastos directos, como ya te imaginaste, son aquellos que están íntimamente ligados con la manufactura del producto o con la prestación de un servicio. También son conocidos como gastos de operación debido a que involucran al costo de esos productos o servicios.
Ejemplos de los tipos de gastos
Ahora bien, para reforzar los tipos de gastos que existen, a continuación, te mostramos algunos ejemplos de cada uno de ellos. Recuerda que los gastos fijos son esenciales para el correcto funcionamiento de la empresa y pueden ser:
- Hipoteca, renta o alquiler.
- Papelería.
- Pago de nóminas, como los salarios.
- Impuestos relacionados con la propiedad.
- Seguro de vivienda.
- Préstamo de automóvil.
- Otros seguros (vida, salud, vehículo, etc.).
En cuanto a los gastos variables (no son fijos y en determinados casos puedes no tenerlos), podemos poner como ejemplo:
- Los servicios públicos como el gas, la luz, el agua, el Internet, etc.
- Los impuestos y tributos.
- El pago de horas extras en la industria.
- Ahorro para la jubilación.
- Salud.
- Préstamos y créditos.
- Pago de intereses.
- Servicios y transportes.
En el caso de los gastos indirectos, merecen tu atención:
- Los mantenimientos y reparaciones de maquinarias o equipos.
- Pagos a proveedores.
- Financiamientos y comisiones bancarias.
- Obligaciones fiscales.
- Marketing y relaciones públicas.
Entre los gastos directos, que en ocasiones son llamados como de producción porque ayudan a la elaboración del producto, se encuentran:
- La materia prima, los insumos y suministros.
- Las tasas de envío.
- La mano de obra.
- La logística, almacenaje y transporte.
- Maquinarias.
Tipos de gastos perjudiciales para las finanzas
Ya que viste los distintos tipos de gastos que existen ¿estás listo para tomar el control de tus finanzas? Pues, lo primero que debes hacer, es conocer cómo manejas y en qué te gastas el dinero. Una mala planeación puede acarrear problemas monetarios a corto plazo. En este sentido, estos son los gastos que deberías tener a la vista, dado que son los de mayor impacto.
- Los gastos fijos mal planeados: cuando incurres en gastos que pueden ser excesivamente altos para tu nivel de ingresos. Por ejemplo, una renta que sea mayor al 40 % de tus ingresos o un auto muy caro. Esto no te dará mucho margen para otros gastos y menos para ahorrar.
- Los gastos variables excesivos: pueden dañar tus finanzas si no los calculas con precisión y gastas más dinero del que habías considerado. A mucha gente le pasa con el importe de la tarjeta de crédito.
- Los gastos “hormiga”: se llaman así porque implican un desembolso pequeño, pero que poco a poco hacen descender tu dinero. Aunque parecen insignificantes, estos gastos se acumulan y pueden representar una gran pérdida económica. Los ejemplos más comunes son los antojos por capricho, las botanitas, las quesadillas en la noche o el café de la esquina.
- Los gastos flexibles: son gastos que no puedes evitar, pero sí, decidir sobre el monto que gastarás en ellos. Por ejemplo, el regalo de cumpleaños o una celebración. Estos gastos pueden deteriorar tus finanzas si no fijas un monto al principio de mes y disminuyes en otros rubros de los gastos variables.
- Los gastos-fantasma: son “invisibles” pero están presentes. Nos referimos a los pagos que se deducen automáticamente de nuestra cuenta bancaria. Aunque son recurrentes, los llegas a olvidar y los pasas por alto. Por ejemplo, las suscripciones a servicios digitales o las plataformas de streaming.
- Los gastos imprevistos: son los que más pueden dañar tus finanzas, en el caso de que no dispongas de un fondo para emergencias. Los más frecuentes son las visitas al médico o una reparación urgente en casa o para el auto.
- Los gastos vampiro: aunque parecen inofensivos a primera vista, “chupan” tu presupuesto e influyen en tu presupuesto mensual. Por ejemplo, comer fuera de casa con frecuencia, dejar los dispositivos electrónicos enchufados, ¡hasta tomar un refresco a diario!
Soluciones financieras para los gastos imprevistos. ¿Cómo puedo clasificar mis gastos?
Algunos gastos de los anteriores se pueden combatir con diferentes estrategias efectivas. Por ejemplo:
- En los gastos hormiga puedes llevar un registro de todos tus gastos, incluyendo los más pequeños. Esto te permitirá identificar tus patrones de gasto y adoptar decisiones más conscientes.
- En los fantasma, revisa cada cierto tiempo tus estados de cuenta bancarios y detecta los cargos recurrentes que ya no requieres. Luego, cancela las suscripciones o servicios que no ocupes.
- En los vampiro, revisa tus hábitos y las compras que reduzcan tu presupuesto. Busca alternativas más económicas o formas de rebajarlos. Igualmente, puedes mejorar tus prácticas de consumo.
Por otro lado, para clasificar tus gastos, empieza colocándolos dentro de los siguientes rubros:
- Control del día a día.
- Ahorro.
- Gestión de la deuda.
- Planificación para el futuro.
Aprovecha que existen muchas herramientas, como un organizador de gastos, para acompañarte en este viaje. Incluso, puedes conseguirlos a través de su aplicación móvil.
Identificar, clasificar y planear los gastos te ayuda a ejercer un mayor control sobre tus finanzas y mejora tu salud financiera. Empieza por lo más sencillo y cotidiano y haz frente a imprevistos sin comprometer tus metas futuras. Si, aún así, te topas con un imprevisto y debes hacer un gasto sorpresivo, recuerda que cuentas con AvaFin. Nuestros préstamos rápidos siempre son un apoyo constante y sonante. ¡Solicítalo aquí! .